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TRINA OMAIRA SALERNO. DOMADORA DEL RÍO APURE


    ING. VLADIMIR HIDALGO LOGGIODICE


Finalizando el siglo XIX llega a Venezuela, procedente de Calabria-Italia, José Salerno De Lo Nigro y se residencia en San Fernando de Apure. En 1903 contrae matrimonio con Diomedes Melo, naciendo de esta unión al siguiente año el primogénito José "Pipo", criador y experto coleador, Octavia (1905), Juan (1907), político, criador, piloto civil, gobernador de Apure (1945), parlamentario y presidente de la legislatura regional, Luisa (1912) y tres hijas más. José Salerno (padre), propietario del hato Los Cocos, adquiere en noviembre de 1917 la posesión Puerto Miranda, Guárico. El día 25 de ese mes, cruzando el río Apure luego de celebrar la compra, los ocupantes de la embarcación que los transporta ven una tonina y todos se colocan del mismo lado ocasionando que la misma zozobre, cayendo todos al agua. Salerno se ahoga junto a sus niñas María Josefa, María Antonia y Trina. Esto produce transtornos mentales en Diomedes, de los cuales se aprovecha el general Vicencio Pérez Soto, presidente de Apure (1915-21), para hacerse representante legal de la señora y vender de manera fraudulenta Los Cocos a la Compañía Inglesa. La viuda se recupera totalmente y la familia conserva Puerto Miranda. Década y media después, aquellas aguas que enlutan a los Salerno llenan de gloria a una jovencita de la misma sangre.




José "Pipo" Salerno se casa con María Adelaida Encinozo y traen al mundo a Trina Omaira el 20 de abril en las riberas del Apure. Su niñez transcurre en el hogar ubicado en el margen norte del inmenso afluente, al lado de sus hermanos José De Jesús y María Josefa, quien se convierte en la primera mujer apureña en graduarse de médico. Desde temprana edad se familiariza con el río, aprendiendo a nadar de inmediato. Para entonces tiene que atravesarlo a diario en canoa para asistir a clases en San Fernando, soñando permanentemente con una proeza nada creible para la época: nadar de una orilla a la otra.


En septiembre de 1932 un joven colombiano de apellido Durán traspasa el río a nado desde Puerto Miranda hasta el lado sanfernandino, siendo comentado el logro con admiración. Momentos después, Durán se le acerca a Pipo Salerno, que juega dominó con unos amigos, lo toma del brazo y le dice, "Señor, ¿cuánto me da usted?, acabo de pasar el río Apure y me falta un brazo". Respondiendo Pipo, "¿Cuánto te voy a dar?, tengo una niña de 10 años que haría lo mismo". "Eso está por verse", replica el colombiano. "El sábado lo va a ver", manifiesta Salerno, quien se dirige a la casa y pregunta a Trina Omaira si es capaz de cubrir la distancia. Ella asiente y acuerdan intentarlo el siguiente fin de semana. Aunque el padre le pide guardar el secreto, la colegial lo divulga en la escuela, y sus amigas, maestros, padres de la comunidad e incluso el presidente del estado, Francisco Parra (1931-33), preparan macundales para presenciar la expectante y atrevida experiencia.


Llega el momento de la verdad, la adrenalina desborda a todo un pueblo ante semejante aventura, que algunos califican de locura e irresponsabilidad. Las cartas están echadas y padre, hija y resto de la familia se reúnen en el borde norte, sector Puerto Miranda, junto a una extraordinaria multitud ávida de acontecimientos semejantes, para cumplir el compromiso de la apuesta. El punto de partida se ubica un poco más al oeste del lugar preestablecido, es temporada de invierno y el caudal es corrientoso. Comenta Trina Omaira, "Remontamos y me tiré. Mi papá iba viéndome en la punta de una canoa. Cuando nadaba no pensaba en nada, solo en que ya iba a llegar".



Julio César Sánchez Olivo narra en su publicación "Trina Omaira, la Domadora del Apure" la magnitud de la gesta y la relevancia a nivel nacional, "En la mañana del 24 de septiembre de 1932 el pueblo de San Fernando se congregó en el puerto. En los rostros se dibujaba alarma, emoción, nerviosismo, admiración. Era que Trina Omaira Salerno, criatura de 10 años de edad, se había lanzado al río un poco más arriba de Puerto Miranda en la costa guariqueña y a nado venía atravesando el Apure hacia San Fernando. La travesía era peligrosa hasta para veteranos nadadores: el río Apure medía frente a la ciudad, en línea recta perpendicular, cerca de un kilómetro y esta distancia se doblaba porque la fuerza de la corriente sesgaba mucho la trayectoria del nadador, y aún cuando ya había comenzado la caza de caimanes, muchísimos millares de ellos, enormes, quedaban todavía. Ahora se trataba de una tierna niñita, y si bien su padre venía en una canoa al lado, no podía salvarla de la ferocidad de uno de estos animales que la atacara por debajo del agua: esa era la realidad. Felizmente no ocurrió esa que sería tremenda tragedia; y a la media hora, después de recorrer dos mil metros pisaba tierra, tranquila y sonriente, muy cerca de la quinta Santa Inés (donde ahora están la sede del CICPC y la plaza Daniel O'Leary, monumento a la Toma de las Flecheras). Fue recibida con gran júbilo por el numeroso público asombrado que hacia ese lugar se había desplazado. Una auténtica explosión de alegría, muy justificada. Lo cierto fue que la tierna apureñita cruzó el Apure en menos tiempo que Durán. El telégrafo se encargó de regar la información por todo el territorio nacional y más allá de las fronteras patrias. Poetas y columnistas prestigiosos cantaron y resaltaron la extraordinaria hazaña de Trina Omaira".



Reseña Trina, "Cuando toqué tierra de nuevo, mi papá me preguntó si estaba cansada, qué si quería regresar y hacerlo de nuevo. A pesar de querer complacerlo, los presentes gritaron que no y me sacaron en hombros y llevaron al centro de San Fernando entre vitores y aplausos". Desde ese instante corre como pólvora por todo el país que esta heroína debe ser la reina nacional del deporte. La importante revista caraqueña Proteo promueve un concurso para elegir a la soberana y varios periodistas de la capital e interior postulan a Trina Omaira, sin embargo fue otra la elegida, pero queda como la majestad sentimental del deporte. El 11 de octubre de 1932 Teo Capriles, célebre atleta venezolano, le envía un telegrama, "Señorita Trina Omaira Salerno. Como aficionado natación envíole expresiva felicitación proeza realizada. Admirador para servirle".


El semanario Apure, en su edición N°76 del 24 de septiembre de 1933, en un tiraje especial con motivo de la celebración del primer aniversario de esta epopeya inigualada, publica gran cantidad de telegramas, cartas, poemas y artículos relativos al hecho. El poeta FS Testamark escribe el poema Río Apure a la intrépida Trina:
"Río querido, río abuelo, testigo de tantas cosas,
eres el padre del llano y eterno espejo del cielo;
cuántas veces a tus aguas acuchillaron furiosas,
las flecheras españolas en busca del loco anhelo!
Cuántas veces 'El Catire' sobre tus aguas nerviosas, 
lanza en boca sobre un potro, le ocultaste con tu velo;
hasta alcanzar la otra orilla en donde estaban las rosas,
que debían florecer eternamente en su suelo!
Y aquellas rosas de glorias las alcanzó este llanero,
y las plantó hidalgamente sobre su inmensa llanura,
en donde el beso del tiempo, de aromas hace un reguero.
Y hoy tus besos han cambiado con una tierna criatura,
que por su hazaña presiento, con un afán tesorero,
que es descendiente esa ondina, de ese rosal de bravura".


Los semanarios regionales Girasol y Letras se unen al festejo. Efectúan gran baile infantil en honor a la idolatrada, donde le entregan valiosos trofeos y reconocimientos. El músico apureño José Richemont, virtuoso de la trompeta, estrena su alegre pasodoble Trina Omaira, muy de moda durante varios años y pieza obligada en todas las fiestas capitalinas. Trina se une en nupcias en 1942 con Héctor Rafael Saldeño y procrean a Sandra Adelaida, Héctor José, María Elena, Irene De Los Ángeles y Carlos Augusto. Los últimos cuatro nacen en Caracas, donde se establece la familia. Su esposo se convierte en gobernador de Apure (1964-65) en el último año presidencial de Rómulo Betancourt y primero de Raúl Leoni. Durante su mandato crean el distrito Rómulo Gallegos en Apure, 15 de noviembre de 1964, y al acto asisten el autor de la novela Doña Bárbara, Gonzalo Barrios y otros líderes de Acción Democrática. Fallece en agosto de 1996.









Sus últimos años los pasa junto a su hermano José De Jesús en la calle Cuyuní de la urbanización El Marqués en Caracas, rodeada de hijos y nietos que le recuerdan con su juventud aquel feliz año 1932 cuando devora el río. Perece el 02 de julio de 2013, a la edad de 91 años. Sus cenizas son esparcidas en el caudaloso Apure, en una ceremonia donde 21 jóvenes, entre 12 y 19 años, de los clubes de natación que entrenan en la piscina Trina Omaira de San Fernando, nadaron 600 metros del río en su honor.



La personalidad de esta dama la hace merecedora de evocación ilustre en su San Fernando querido, donde varios lugares llevan su nombre. Hoy flota en los ríos de la eternidad y los apureños nunca la olvidan, siempre será motivo de orgullo. A casi 92 años de la proeza de aquella infanta, queda marcada como uno de los grandes acontecimientos del siglo XX en las tierras libertadas por José Antonio Páez y sus guerreros centauros. Por ello Trina Omaira Salerno es un Personaje de mi Pueblo.


*** Edición y Montaje, Lic. Wladimir José Hidalgo Benítez.

*** Agradecemos al insigne apureño Héctor Saldeño Salerno, hijo de Trina Omaira, por la información e imágenes de su madre y familia. Además a la Fundación Histórica Cultural "Dr. Italo Francisco Decanio D'Amico" y Wikipedia por sus textos.

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