ING. VLADIMIR HIDALGO LOGGIODICE Existen personas que nacen con su vocación de vida pincelada en el código genético, otras la van desarrollando en el tiempo. Wascar Alejandro Jaspe Guerrero pertenece al primer grupo. En una noche de invierno, 12 de agosto de 1959, Ángel Renato Jaspe y Carmen Lila Guerrero de Jaspe oyen el llanto de su segundo hijo en el hospital Pablo Acosta Ortiz, dibujando figuras imaginarias en el aire. Estaban en presencia de un niño que iluminaría con su magia creativa a la ciudad de la esperanza. Los padres, factores importantes en la formación, le acompañan con seis hermanos, Jairo Renato, Irvia Carolina, José Luis, Ángel Efraín, Aarón Daniel y Jesús Esau, casi un kinder en casa. Con cuatro años lo inscriben en un curso de vacaciones en la iglesia evangélica Emmanuel, donde vé la existencia de creyones y hojas para colorear. Al llegar al hogar pide a su madre, educadora de profesión, un cuaderno para practicar y ese es el inicio de esta historia llena de