PERSONAJES Y VIVENCIAS DE MI PUEBLO
Ing. Vladimir Hidalgo Loggiodice
PERSONAJES POPULARES DEL VIEJO SAN FERNANDO
Excelente trabajador ambulante con su venta de chicha criolla. En sus inicios prepara el producto en la casa y vaen una bicicleta de reparto a echarle hielo en la fábrica "Erson", de don Emilio Rodríguez Sainton. Estaciona a las puertas del grupo escolar "República de Guatemala", a tan sólo media cuadra de distancia, para satisfacer el paladar de la chiquilleria. Pasados unos años se muda a la plaza "Libertad", cerca del negocio de José Rafael Estévez. Al ser ésta demolida a comienzos de la década de los 70 del siglo pasado, cuando se construye el bulevar actual, ubica su rica chicha en el edificio de la zapatería "San Fernando", intersección del paseo Libertador con calle Bolívar, donde cambia su transporte a un Jeep descapotado. Forma y educa una gran familia con mucho esfuerzo y disciplina. Ricos y pobres terminan adictos a tan deliciosa bebida. Don Corona daba la "ñapa" a todos sus clientes, que consistía en medio vaso de líquido gratis. Alrededor del puesto coincidían gobernantes, limpiabotas, doctores, maestros, estudiantes, amas de casas, de todos los estratos sociales con un sólo fin, conocer a Corona y saborear su chicha. La mejor del mundo.
*José Abdón Gamarra*
Era llanero, mezcla de indio y negro. Obrero durante años en el hato "Santa Luisa" de los hermanos Barbarito. Al residenciarse en San Fernando labora de jardinero en el palacio Fonsequero hasta su destrucción en plena dictadura perezjimenista, bajo el gobierno local del Dr. Edgar Domínguez Michelangelli. Posteriormente realiza el mismo oficio para la CVF Electricidad de Apure, con un lindo jardín en la calle Bolívar. Un estupendo bailador de joropo. Camina kilómetros para asistir a los parrandos. Sin rivales a la hora de zapatear nuestra música llanera. Jactaba de ser, y lo presumía, el mejor de todos los bailadores en las fiestas patronales y disputado por las chicas más bellas. Llegaba a los festejos con dos pares de alpargatas y mudas de ropa suficientes para varios días.
La peor ofensa que podían hacerle era llamarlo "malapaga". Transitaba las calles de San Fernando con los pantalones doblados a la rodilla y su infaltable sombrero. Los chicos le gritaban, "José Abdón, págame lo que me debes", y los perseguía palo en mano. En sus años finales repetía "estoy en la televisión", medio que daba sus primeros pasos en Venezuela. Cuando realizaba el trabajo de jardinería y alguien hablaba, quedaba estático, con la vista perdida durante un rato, hasta que manifestaba, "Me están filmando para la televisión. Lo sé porque me entra como un corrientazo". Los bromistas seguían el juego, asegurándole que lo vieron en la pantalla chica, y respondía que ya lo sabía por la cantidad de corrientazos recibidos. A todas estas, a Apure no había llegado aún la televisión.Tal como lo deseaba, la sabana se lo traga. En uno de sus retornos al hato "Santa Luisa" muere y ahí lo entierran.
*Clotilde. "La Cucaracha"*
Cuentan que llega a San Fernando en un barco proveniente de Ciudad Bolívar. Una mujer humilde con deficiencia mental. A pesar de señalar llamarse Clotilde, se hace popular por el apodo "La Cucaracha". La matrona Magdalena Núñez de Gamboa, fundadora de COPEI en Apure, le toma cariño de inmediato, proporcionándole comidas y lo necesario para vivir. Fue tanto el aprecio que doña Maga le tuvo, que termina viviendo en su casa. Todos los apureños eran padrinos o madrinas de Clotilde, ya que al encontrarse con cualquier persona, cruzaba los brazos y le decía "bendígame padrino", "bendígame madrina", aprovechando para pedir una locha, el equivalente a un octavo de bolívar, con la cual se podía comprar un vaso de chicha en la cantina escolar, una caja grande de fósforos o tres cigarrillos nacionales (Capitolio, Alas, Bandera Roja, etc.). Aunque nada agraciada, era joven y enamorada, quedando en estado en varias oportunidades. Al notarse el embarazo endosaba la barriga a los ricos, profesionales y empresarios exitosos, era común oírle, "Estoy preñada del Dr. Italo Decanio", "Voy a parirle morochos a don Valentín Mujica", "Ahora si me voy a casar con Don Eloy Lugo", entre muchos comentarios. Sus hijos los adoptan familias sanfernandinas. Era una especie de Whatsapp antiguo, los novios enviaban mensajes a sus chicas a través de ella, y esperaba la respuesta para llevarla al destinatario. El servicio costaba una locha (12,5 céntimos de bolívar) o medio (25 céntimos), dependiendo de la distancia recorrida. Recibía propinas por la calidad de la conexión. Las jóvenes del pueblo le regalaban ropa y salía en las mañanas muy aseada vestida de fiesta. Gozaba del aprecio de la comunidad.
*Petra Sulbarán*
¿Recuerda usted a Petra Sulbarán?, por supuesto que no. Pero si le decimos que esta dama era conocida como "La Camioneta Pipí", seguro que variadas anécdotas vendrán a su memoria y la de muchos. Menuda, trigueña, de andar rápido, siempre huyendo de alguien o de algo. Caminaba todo San Fernando en su afán idealista de encontrar el amor y casarse con un ricachón. Recorría las calles con una varita para defenderse de los muchachos y mayores burlones. Algunos conductores de automóviles, al pasarle cerca, sonaban las cornetas y aceleraban, ocasionando su furia. Uno de sus lugares preferidos era la plaza "Libertad", donde llegaba en procura de dinero y comida. Petra estuvo residenciada en los últimos años de su vida en el asilo de ancianos de Biruaca hasta el momento de su despedida terrenal. Esta poesía escrita por Rómulo González describe con precisión al personaje.
¡Mírala!, allá viene,
la loca de San Fernando,
viene por la calle arriba,
vuelve por la calle abajo,
constantemente mira al cielo,
como si buscara algo,
ella cree mirar al hijo,
que se le murió hace años.
Camioneta, Camioneta,
es lo que oye a su paso,
y ella corre tras de ellos,
con su garrote en la mano,
se pone muy furiosa,
al no poder alcanzarlos,
y si alguno le dice "pipí",
de su boca salen ajos.
Ya hermana Camioneta,
el tiempo te ha doblegado,
pero buena sombra le cobija,
quien se arrima a buen árbol,
tu recuerdo de nuestro pueblo,
jamás será borrado,
con tu lado de cabeza calva,
y tu andar apresurado.
*Parpacen*
Caballero alto de largo cuello, tez blanca y grandes ojos. Vivía con sus hermanas en una bonita casa ubicada en la calle Bolívar, cruce con calle Miranda. Se sabía de memoria la "Historia de Venezuela" de J.A. Cova, que era el texto de primaria de entonces. Los muchachos al verlo le hacían cualquier pregunta, no tanto por el interés de aprender, sino por la curiosidad de ver tan prodigiosa facultad en una "persona especial". Algunas veces olvidaba el caletre, se ponía nervioso y entraba en crisis. Retorcía sus manos, volteaba los ojos, quedando neutro. Conocía todas las oraciones del rito católico en latín. En esos tiempos la misa, en buena parte, se impartía en esa lengua. Algunas veces, sin ser solicitado, aparecía en la iglesia haciendo el papel de monaguillo, ayudando al cura a repartir la comunión. Extremadamente enamorado y cuando una muchacha le gustaba no vacilaba en "echarle los perros". La seguía y pronunciaba piropos, "hola muchachona, vamos a dar una vuelta por ahí". La joven al darse cuenta de quien la invitaba, apuraba el paso y se metía en la primera puerta de casa o negocio que encontraba abierta en busca de refugio. Si Parpacen veía a esa chica en la calle acompañada de un amigo, se acercaba a la pareja y expresaba, "muchachona, ten cuidado que ese muchachón lo que quiere es llevarte para el candelorión". Un día tuvo la osadía de presentarse en la Capilla del Valle a pedirle al párroco la mano de una de las monjas que frecuentaban la iglesia y ¡en presencia de la religiosa!
Julián Corona, José Abdón Gamarra, Parpacen, Clotilde y Petra Sulbarán siempre estarán en nuestras mentes y corazones. Forman parte de la historia menuda de San Fernando. Son Personajes de mi Pueblo.
*** Edición y Montaje, Wladimir José Hidalgo Benítez.
*** Fuentes, Fundación Histórica Cultural "Dr. Italo Decanio D'Amico", "Aquellos personajes de ayer" de Alejandro Urbano Acosta y "Apuntes" de Alberto Urbano Acosta.
*** Agradecimiento póstumo a Edgar Decanio. Además a Evis Castillo, Rosita Decanio, Ángela de El Darjani, Orlando Nieves y Graciela Gamboa Chollet por el apoyo brindado.
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