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EMILIO RODRÍGUEZ SAINTON

 * PERSONAJES Y VIVENCIAS DE MI PUEBLO*


*Ing. Vladimir Hidalgo Loggiodice*

*EMILIO RODRÍGUEZ SAINTON*

Siempre existirán mujeres y hombres que, a pesar de sus orígenes humildes, vencerán obstáculos y romperán barreras en la meta de superación personal y ayuda al prójimo. Emilio Rodríguez Sainton es uno de ellos. De cuna pobre, llega a manejar la telefonía, agua potable y electricidad de San Fernando, para ser considerado por muchos el empresario apureño más visionario y progresista de su tiempo. Nace el 25 de julio de 1907 y desde pequeño empieza a labrar su futuro. En su niñez y juventud se dedica a la venta de ropa confeccionada por su madre, despertando su espíritu de comerciante. Aprende a reparar bicicletas y ello le daba entradas extras de dinero a la familia, para luego convertirse en taxista o chofer de plaza, como solían llamarlos.

En los ratos libres, mientras esperaba los clientes para hacer las carreritas, leía mucho haciéndose autodidacta. Al llegar el servicio telefónico a Apure, el joven Emilio contaba con 15 años y su curiosidad y deseos de aprender lo llevan a entrar en la empresa de telefonía en calidad de mirón. Ayudaba en todo sin devengar salario alguno. Ejecutaba los oficios de la central y del sistema de líneas. Contrae matrimonio con la bella cunavichera Teodosia Hurtado Solórzano el 31 de octubre de 1929, trayendo al mundo a sus dos primeros hijos, Humberto y Emilio. Por tener un hogar muy pobre se ven en la necesidad de emigrar al campo en busca de mejoras económicas. Pasados dos años regresan a San Fernando, porque Emilio no se adaptaba al tipo de trabajo y sentía que no conocía nada de él. El retorno lo hacen en peores condiciones de cuando partieron y con una maleta llena de esperanzas.


No teniendo donde llegar se hospedan en la casa sede de los teléfonos, calle Bolívar N° 50, bajo las órdenes de Don Pedro Zoppi. Desde ese día empieza a laborar en la compañía, gerenciándola en poco tiempo. Sólo existían quince suscriptores con una tarifa de quince bolívares mensuales y enseguida se preocupa por aumentar el número. Para ello iba casa por casa ofreciendo instalar gratis el teléfono, sin cobro alguno por los tres primeros meses. Convence a los pueblerinos con el lema" El teléfono es una persona que te hará los mandados".


La muchachera aumenta y se veía correr por las oficinas a Aída, Ysabel, Jaime, Hernán y Cristina, con el bordón Bernardo aún en brazos. Con el tiempo entusiasma al Dr. Décimo Salas Baiz y su esposa Clara de comprar la firma de telefonía magnética y aceptan con la condición que él posteriormente sería el propietario. Todo llega a feliz término y funda "Industrias Erson" para operar el negocio. La central se muda a la calle Fonseca, hoy lado oeste del Paseo Libertador, entre Bolívar y Sucre.


Su empuje hace que la vieja central colapse por exceso de afiliados e inmediatamente proyecta la instalación de teléfonos automáticos, tecnología de punta en esa década. Designan a su compadre Dr. Saverio Barbarito en la presidencia de la Corporación Venezolana de Fomento y esto le brinda la oportunidad de solicitar un crédito ante esa institución, que al aprobarse permite la entrada de Apure al mundo telefónico moderno, antes que la mayoría de los estados venezolanos.


Don Emilio no descansaba en su empeño de crecer y traer progreso a su pueblo. Los dueños del Acueducto de San Fernando, los hermanos Ramón, Félix y Manuel Fernández, se lo ofrecen en venta junto a la única fábrica de hielo de la ciudad. Cuando le participa a Doña Teodosia se asusta mucho y le dice, "Emilio, dónde piensas sacar dinero para comprar todo eso". Él se traslada a Caracas en búsqueda de un crédito bancario y nuevamente Saverio Barbarito le apoya. A través del Banco Industrial le prestan quince mil bolívares, soberana fortuna en aquel tiempo. Su hija Aída se convierte desde muy joven en su mano derecha dentro del grupo empresarial.


El acueducto y la fábrica los recibe en precarias condiciones e inicia la modernización de ambos. Para la "Fábrica de Hielo Erson" compra unos potentes motores, generadores de mayor cantidad de la energía requerida. Se le prende el bombillo y establece "Fuerza y Luz Eléctrica de San Fernando", sociedad de suministro eléctrico a buena parte de la capital apureña. La hielera y compañía eléctrica son construidas en una edificación al final de la calle Comercio, sector Guasimito, diagonal al actual Vicerrectorado de la Unellez.


Mientras las líneas telefónicas y eléctricas crecían a buen ritmo, vende el "Acueducto San Fernando" a la municipalidad. Muda los motores y generadores a la calle Bolívar, muy cerca de las residencias de Julián Silva y Emeterio Graterol. En su feudo de la Comercio se producían barretas de hielo de 25 kilogramos, repartidas en carretas tiradas por burros.


En los espacios vacíos inaugura la "Fábrica de Helados La Tropical", que con una receta de Doña Teo era la delicia de los sanfernandinos, sobretodo a los que andaban en planes de picoteo (enamoramiento). En Semana Santa los hermanos Rodríguez asistían a las procesiones y al llegar el santo a una cuadra de la heladería, corrían para atender a la multitud. Ahí también establece la primera factoría de pastas alimenticias del estado y la bautiza "Pastas La Preferida". Funcionaba con dos pasteros, cinco empleados y un repartidor. Trajo dos técnicos italianos para enseñarlos a confeccionar espaguetis, recortados y otras presentaciones.


Durante la gestión del gobernador Edgar Dominguez Michelangelli se constituye la "CVF Electricidad de Apure", dirigida por Don Alejandro Urbano Taylor, y compran a "Fuerza y Luz Eléctrica de San Fernando ". En el momento dorado de la telefónica el gobierno nacional no renueva la concesión a Don Emilio y bajo muchas presiones acepta la oferta de compra de CANTV. Al realizarse el traspaso de bienes la tarifa era de treinta bolívares mensuales por el equipo principal y quince por cada auxiliar. 


Junto a su esposa e hijos disfruta la cosecha del arduo trabajo. Viajan por muchos países, visitan los lugares y escenarios de sus sueños, sin olvidar jamás sus raíces. Don Emilio fallece el 30 de octubre de 1981 y Doña Teo nos acompaña hasta el 30 de diciembre de 2000. Dos seres maravillosos.


Emilio Rodríguez Sainton se adelantó a su época, para convertirse en el mayor empleador de su terruño natal. Dio ejemplos de buen ciudadano, empresario, empleado público y excelente amigo, con solvencia moral y prestigio económico enorme. Eso lo hace un Personaje de mi Pueblo.



*** Edición y Montaje: Lic. Wladimir José Hidalgo Benítez. 

*** Agradables conversaciones con Doña Teodosia Hurtado de Rodríguez (QEPD), y su hija Aída Rodríguez de Le Maitre, perfilaron esta memoria histórica. Nuestro agradecimiento a tan gentiles damas.

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