BARCOS A VAPOR NAVEGANTES DEL APURE, ORINOCO Y SUS AFLUENTES

   

 ING. VLADIMIR HIDALGO LOGGIODICE

El hombre siempre abre caminos en búsqueda de su bienestar y desarrollo de la humanidad. El capitán Miguel de Ochogauca parte en 1647 del piedemonte andino, y navegando aguas abajo por el Apure ubica la desembocadura de este en el Orinoco. Sin saberlo, en ese momento, establece la ruta fluvial más importante en la historia de Venezuela, permitiendo a las comarcas llaneras la posibilidad de integrarse y definirse en relación a su economía y población . Durante la colonia y hasta bien entrado el siglo XX, por estos ríos y sus afluentes surcan las aguas canoas, bongos, veleros y posteriormente barcos a vapor, con rumbo a Cuidad Bolívar, para de ahí seguir a los puertos de ultramar cargados de mercancías nacionales; para en contrapartida recibir productos de importación a ser distribuidos por todo el llano.

Al culminar la guerra de independencia venezolana se intensifican los movimientos comerciales por el Apure, Orinoco y sus afluentes, principalmente los ríos Cojedes y Portuguesa. Las pequeñas embarcaciones transportan queso, sal, licores, maíz, verduras, plátanos, ocumo, casabe, dulce (papelón), café, cuero, cacao, ajo, entre otros rubros. La travesía en navíos de chapaletas propulsados a vapor por esta arteria inicia en 1849, gracias a un contrato concedido por el gobierno nacional al norteamericano Vespasiano Ellis. El 29 de enero de ese año llega a Ciudad Bolívar el vapor "Venezuela", comandado por E.A. Turpin, primer navío de la empresa, y zarpa hacia el Apure en mayo. Dos años después es derogado el acuerdo y otorgan un nuevo convenio a los estadounidenses Turpin y Beelen, siendo este el verdadero comienzo de este tipo de explotación mercantil. Arranca usando dos unidades de una firma constituida en New York, "The Orinoco Steam Navegation Company", también conocida como "Vapores Orinoco".

La sociedad incrementa su flota con el "Apure" al mando de George Treviranus, "Barinas" capitaneado por John G. Harmmer, "Orinoco" conducido por Antonio Ricci, y en 1956 incorporan el "Meta", con Martin C. Kohler al timón. Más tarde y hasta 1866 arriban las naves "Guayana", "Toro", "Nutrias" y "Héroe"; para completar el itinerario Ciudad Bolívar, San Fernando, Puerto Nutrias, con desvíos a los puertos del Arauca, Cojedes y Portuguesa. Ocurre una paralización de tres años, hasta que el presidente del estado Guayana en 1969 solicita el libre trabajo náutico en el Orinoco y sus pares secundarios. Ello encuentra eco en el ejecutivo de la nación que decreta libertad de navegación para los mercantes extranjeros con funciones en el comercio interior. Al poco tiempo "The Venezuelan Steam Transportation Company" obtiene el monopolio hasta 1871, con sus vapores "Héroe", "Nutrias" y "San Fernando". "The Orinoco Navegation Company" entra a competir intentando levantar el mercado, pero desaparece con prontitud.

El jugoso negocio de la pluma de garza en los llanos y la minería en El Callao reavivan la actividad. Conceden permisología para navegar el Orinoco, Apure, Cojedes y Portuguesa; así como entre Ciudad Bolívar y Trinidad, y entre esa ciudad y La Guaira. Antonio Guzmán Blanco facilita el tráfico por los grandes caudales a vapores de la plaza local y los procedentes de Europa y Norteamérica. A partir de 1880 el desplazamiento en aguas dulces se hace más frecuente en el país. La ruta acoge el aumento de estas embarcaciones, produciéndose mayor capacidad de movilizar cargas y, en consecuencia, incrementos de las exportaciones e importaciones. En 1881 atraca en Ciudad Bolívar el buque "Bolívar", todo un gigante para la época, capaz de llevar 580 toneladas. En junio de 1882 estrenan el "Libertad" y una nueva versión del "Apure" para comercializar en el Apure y los ríos del estado Zamora. Circulan en el Orinoco los barcos "Reinvidicador", "Bermúdez", "Bolívar", "Jazmín", "Caroní" y el francés "Jean Amirail". Luego dan la bienvenida al inglés "Craighill", de 709 toneladas y 250 pies de eslora.

Durante 1887 y 1888 aparecen nuevos vapores, "Arturo", "Meta", "Macareo", "Odín", "Maipures" y "Victoire". En 1889 hace su entrada el inglés "Elgiva" y luego "Progreso", además son recibidos desde Trinidad "Guanare" y "Socorro", traídos especialmente para surcar por el Apure, Portuguesa, Masparro y Cojedes. La afluencia es tal que obliga al gobierno, por intermedio del Ministerio de Guerra y Marina, a dictar reglas para evitar las colisiones entre navíos. Todas las empresas del sector existentes se fusionan en 1898 en un consorcio angloamericano y nace la "Orinoco Shipping Company", que asume toda la navegación en el sur de Venezuela, así como el tramo Ciudad Bolívar-Trinidad. Disponen de 31 lugares de embarques, destacando San Fernando, Apurito, Palmarito y Guasdualito; y doce vapores, ocho para cubrir la ruta fluvial. Ofrecen trabajo a treintiseis abastecedores de víveres en general, leña y agua en igual número de puertos, alimentando de esta manera una singular red económica que está en función del flujo efectuado por los barcos.

En el período comprendido entre 1856 y 1899 transitan el Orinoco, Apure y sus afluentes un total de ochenta y cinco vapores comerciales, 48 de bandera venezolana, 15 ingleses, 11 americanos, 4 franceses, 3 alemanes, 2 noruegos, 1 holandés y 1 colombiano, según los datos aportados por Luis Roncayolo. A finales de ese siglo y principios del XX, el sector privado de San Fernando de Apure destaca en la rama mercantil, estableciéndose importantes casas de compraventa ubicadas en la calle "Del Río", en la costa del Apure. Entre las principales, "Fernández y Cia.", fundada en 1895 con importaciones exclusivas de Alemania. "Ligeron Sucesores", importador preferente de mercancía francesa. "Hermanos Barbarito", establecida en 1896, y "Francisco Barbarito", creada en 1903, con mayoría de mercadería italiana. "Hermanos Decanio" y "Hermanos Lleras Codazzi". Quince comercios importadores y exportadores, todos con oficinas en París.

Describe Julio César Sánchez Olivo, "La zona principal del puerto de San Fernando tenía una extensión aproximada de cuatro cuadras (400 metros), desde la casa comercial de los Lleras Codazzi, al este, hasta la francesa de Ligeron; y en medio de estas, el muy importante establecimiento Fernández y Cia. Este puerto se extendió una cuadra más al oeste al construir los hermanos Barbarito su soberbio edificio. En este sector arribaban los grandes vapores a chapaleta cargados de mercancías procedentes de Ciudad Bolívar, con un elevado porcentaje de productos europeos, con destino a las firmas importadoras de San Fernando, que surtían directamente al viejo continente". Ello hace crecer la población y desarrolla en buena parte la región llanera. El 28 de marzo de 1904 , con la anuencia del congreso de la república, el ejecutivo y Manuel Corao establecen un contrato para fundar la "Compañía de Vapores Orinoco", encargada de comerciar en los ríos sureños. Inicia con nueve barcos, "Delta", "Apure", "Socorro", "Orinoco", "Alianza", "Arauca", "Boyacá", "La Verdad" y "Masparro".

En abril de 1909 los accionistas de esta compañía la liquidan y esta acción da paso a la conformación de la "Compañía de Navegación Fluvial y Costera de Venezuela", que continúa con la tarea de su antecesora. El 02 de agosto de 1911 se transforma en la "Compañía Venezolana de Navegación" (CAVN), siendo el general Juan Vicente Gómez el socio con mayor número de acciones. Llega a configurar casi un monopolio en el país. Cuatro años después naufraga su barco "Masparro". El negocio se mantuvo con éxito hasta principios de la cuarta década del siglo XX, cuando la actividad comercial empieza a sustentarse en el transporte terrestre. El flujo de naves merma hasta desaparecer totalmente antes de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez.

Los ríos del sur y la navegación de vapores en sus aguas, con fines comerciales, trajeron por un siglo prosperidad y progreso a los llanos venezolanos y a todo el país. Las sirenas de los barcos anunciaban que estos llevaban sus bodegas llenas de productos regionales y regresaban con lo mejor de Europa y Norteamérica. Por ello, de proa a popa, son una Vivencia de mi Pueblo.

*** Edición y Montaje, Lic. Wladimir José Hidalgo Benítez.

*** Gracias a Argenis Agüero y Alexandra Romero ("Apuntes históricos sobre la navegación entre los ríos Cojedes y Orinoco"), Américo Fernández ("Navegación a vapor"), Carmen Beatriz Estrada Castillo ("Comercio exterior. Alternativa para el estado Apure"), Julieta Salas de Carbonell ("Historias de Apure. Maisanta y el Masparro") y Julio Peña Acevedo ("Día de la Marina Mercante en Venezuela"). La fusión de sus textos son cuerpo y alma de esta historia. Al profesor Eduardo Hernández Bolívar por el respaldo fotográfico.

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