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CARMEN TERESA MIRABAL

 PERSONAJES Y VIVENCIAS DE MI PUEBLO


Ing. Vladimir Hidalgo Loggiodice

CARMEN TERESA MIRABAL

Existen historias que tocan el corazón, remueven las fibras, sacan lágrimas y al final terminan como un hermoso legado para la humanidad. Ésta es una de ellas. De la pluma de su hijo Rafael Luque Mirabal, presentamos la vida de una apureña guerrera, luchadora, incansable, vencedora de adversidades, que no se detuvo ante nada para construir una familia de hombres y mujeres profesionales que llenan de orgullo el gentilicio regional.

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CARMEN TERESA MIRABAL SILVA, ¡MADRE EJEMPLAR!

Rafael Luque Mirabal

ENTRE PASTELITOS Y HALLACAS.


El 9 de Enero de 1919 nace en San Fernando, hija natural de José Francisco Mirabal (Panchito) y Trina de las Nieves Silva Chourión. Cuando apenas tenía 6 años queda huérfana de madre. Su padre la lleva junto con Elba Antonia, la hermana mayor; al hato de su propiedad a orillas de Caño del Medio, cerca de El Yagual. Allí es criada por Carmen Marchena, su madrastra, al lado de sus hermanos Mirabal Marchena. No asiste a la escuela formal, pero su interés y amor por el estudio la llevan a aprender a leer, escribir, sumar y restar, herramientas con las que se defendería en la vida y obtendría grandes logros. A la edad de 18 años regresa a San Fernando y se casa con Félix Domingo Luque, con quien procrea cinco hijos en Apure, Oswaldo, Félix, Rafael, Oscar y Nelson, y tres hijas, Sobeida, Trina y Mirna en Aragua de Barcelona (Anzoátegui). Así conforman la familia Luque Mirabal. Luego se trasladan a Maracay en donde moran durante cuatro años.


 Posteriormente deviene el divorcio, Carmen Teresa regresa a San Fernando al reencuentro con su familia. Viaja como ella decía “con un capital de ocho hijos, todos menores, y tan solo dos bolívares (Bs 2,00) en los bolsillos”. Su hermana Elba de Venegas la recibe en su casa, donde vive con sus 15 hijos, su esposo y dos madrinas.Trabaja intensamente haciendo arepas para la venta, diversos dulces y cachapas en la época de jojotos. Al mes ya tenía recursos para alquilar una casa e independizarse. 


Comienza a hacer pastelitos de guiso que preparaba con arte y sabor, que quien probaba uno se comía varios. Los vendíamos los hijos mayores al mediodía en la gobernación a un valor de medio (Bs 0,25), y tenían muy buena aceptación. Yo me regocijaba cuando aparecía el gobernador Edgar Domínguez Michelangelli, porque me quitaba la cesta y se iba por las oficinas a repartirlos, luego los pagaba a mejor precio. Por cierto que a la caída de Pérez Jiménez las ventas allí se hicieron difíciles porque nos acusaron de perezjimenistas, ¡nada más lejos de la verdad! Para entonces, fueron muchas las veces que almorzamos y cenamos con los pastelitos que no se vendían. 



 Carmen Teresa no se amilanó frente a eso, con su fe inquebrantable en el gran poder de Dios, la Virgen del Carmen y el Doctor José Gregorio Hernández, sus guías espirituales, siguió adelante y decidió hacerlos también por las tardes. Los vendíamos en casas de familias. Sus días empezaban a las tres de la mañana haciendo arepas, y terminaban algunas veces a la medianoche cosiendo ropa para la venta; la cual elaboraba muy bonita. Cuando le preguntaban quién la enseñó a cocinar tan sabroso contestaba, "La necesidad mija, la necesidad, si los pastelitos no saben bien, no se venden”.


En diciembre eran infaltables sus hallacas navideñas. Primero las institucionales: 300 para la policía, 150 para la Guardia Nacional, 250 para la gobernación, etc. Por suerte, para la temporada decembrina en las casas de familia sólo se comían éstas en la noche de Navidad y Año Nuevo, de modo que comenzaban los encargos: 30 con huevos para mi madrina Mariana Bezara, 25 sin tomate para la chinga Zoppi, 20 sin ciruelas pasas para Valentín Mujica, 40 con todo para Chicho Echenique, e iban sumando unas tras otras, de modo que los encargos no bajaban de 500 en ambas noches. Para no confundir unas de otras, nos enseñó diferentes formas de amarrar y marcar. Se caracterizaba por ser muy trabajadora y organizada. Así en el mes de diciembre teníamos la ropa de estreno, y el día 25 el Niño Jesús siempre dejaba un juguete debajo de los chinchorros. Con satisfacción también se le escuchaba decir: “Mis hijos nunca se han acostado sin cenar”.


 Cuando llega la democracia las Damas Bolivarianas le consiguen un cargo de Directora Ecónoma en el comedor Simón Bolívar, ubicado al final de la calle Sucre en San Fernando. Allí había una nómina de 200 estudiantes. Sin embargo, diariamente almorzaban entre 20 y 30 muchachos adicionales no escolarizados que se acercaban a pedirle comida. Ella les puntualizaba, “Quédense por ahí y esperen que coman los inscritos, si sobra los paso”. Y mágicamente siempre sobraba. Su administración era tan pulcra que no sólo atendía a una nómina superior a la inscrita, sino que mensualmente reportaba el costo per cápita más bajo de todos los comedores escolares del estado Apure y hasta hacía reintegro de dinero al Patronato Nacional de Comedores Escolares. Aún con esta trayectoria de eficiencia, la destituyen del cargo de Directora y la pasan a Jefe de Cocina tras una mal intencionada denuncia de no pertenecer al partido del gobierno de turno. Los hijos mayores nos rehusamos a que la desmejoraran laboralmente y le planteamos que dejaríamos los estudios para trabajar, lo que no aceptó, "¡Eso jamás!. Ustedes tienen que seguir estudiando para que sean alguien en la vida. Yo estoy trabajando, y el trabajo no deshonra a nadie”. Y volvió a hacer pastelitos y hallacas para vender.


Una supervisora que admiraba su trabajo, le dio una carta avalando su gestión y se fue a Caracas a hablar con el Ministro de Sanidad, de quien dependía el Patronato de Comedores Escolares. Fue restituida en el cargo de directora en el comedor del Grupo Escolar de Biruaca, a donde se muda y le da vida a un hermoso jardín de flores en una casita rural a orillas de la carretera de Achaguas. Allí la persona que la denunció para quedarse con el cargo del comedor Simón Bolívar, acudía a buscar asesoría, y ella, lejos de negársela, la atendía con cariño y profesionalismo. Trabaja varios años en Biruaca, y posteriormente, con la visión de buscar mejores oportunidades de estudio para sus hijos pide traslado a Maracay, donde vivían los mayores. Éste le fue concedido al estado Aragua, sólo que el sitio era distante de esa ciudad, por lo que renuncia, y con el apoyo de dos de sus hijos mayores, Félix y Rafael que ya trabajaban, se dedica a atender la educación de los menores.


La formación que nos dio estuvo enmarcada en principios éticos y morales, la solidaridad con el semejante, el amor por la naturaleza, la honestidad, humildad, unión de la familia y la responsabilidad; entre otros valores no menos importantes, fueron enseñados con su ejemplo de vida. Siempre estuvo atenta con nuestros estudios. Las tareas escolares y laborales eran para cumplirlas. Los “guardapolvos” (uniformes) debían estar blanquitos, ello era analogía de pulcritud. “Se puede ser pobre, pero no por eso hay que andar sucio o roto”, manifestaba constantemente. 


Anécdotas hay tantas que podría escribir un libro completo sobre ellas. Voy a comentar una que retrata fielmente su carácter. En una ocasión Nelson había salido a vender pasteles un domingo. Esos días eran pesados para la venta. Tras caminar medio pueblo se acercó por los lados de “Mi Cabaña” y escuchó una grizapa de hombres. Decidió adentrarse en el lugar que resultó ser un patio de bolas. Uno de los allí presentes se comió un par y le dio un bolívar. Cuando Nelson fue a darle el real (0.50 Bs) vuelto, el hombre le dijo, esos pasteles están demasiado buenos, pero son muy baratos. Le quitó la cesta y los vendió todos a real (el doble de su valor). Cuando Nelson llegó a casa, muy contento porque ¡había vendido todo al doble del precio!, nuestra madre le recriminó. “Está bien que hayas vendido todo y te pagaran el doble, pero usted no vuelve más a ese lugar, ni a ninguno parecido; porque allí lo que vas a aprender es sobre vicios y groserías. Prefiero que regreses a casa con la cesta llena de pasteles”.


*Los frutos de sus desvelos*

Si bien a los mayores nos tocó trabajar en diferentes tareas, que van desde las ventas de todo lo que salía de su cocina, hasta periódicos, cagajón de burros para las matas, coronas de flores artificiales, pintar tumbas y letreros para el día de los muertos; jamás dejamos de estudiar. En la medida en que cada uno fue saliendo de sexto grado, ella nos conseguía una beca, y señalaba “Tienen que salir bien en los estudios para mantenerla”. Caso contrario se perdía este apoyo económico de parte del gobierno, la alcaldía o … de donde fuera otorgada la beca. Ese respaldo del estado venezolano siempre existió para nosotros, y para muchos. 



Sus esfuerzos dieron los frutos esperados y vio realizado su sueño: sus hijos “son hombres y mujeres de bien”, como repetía llena de orgullo. Con gran sensibilidad social, amantes de sus familias, de fe en Dios y la Virgen. Profesionales de las distintas áreas donde destacan por un trabajo responsable y honesto, orientado al servicio, al apoyo de los necesitados, promotores de la protección de la naturaleza. Aquí un breve curriculum de ellos: OSWALDO, Doctor en Ciencias del Suelo. Asesor a nivel nacional e internacional, con importante participación en apoyo a las comunidades. FÉLIX(+), Ingeniero Civil que aportó su talento en la construcción y desarrollo del sistema hidroeléctrico más importante del país y del mundo en su momento (Represa de Guri). Con gran sensibilidad social por las personas necesitadas. RAFAEL, técnico electricista. Durante 30 años dirigió la construcción de grandes subestaciones eléctricas en todo el país, incluyendo la de San Fernando de Apure. Luego formó una empresa ambiental con la paja Vetiver, donde hoy es líder latinoamericano en la especialidad. OSCAR(+), infelizmente muere ahogado en el caño de Biruaca a los 14 años. NELSON, Perito Agrónomo, quien se dedicó al comercio con gran éxito, creando empresas que generan puestos de trabajo dignos. Realiza una labor social en las comunidades, que permanece aún en el tiempo. Traspasa el legado a sus hijos. SOBEIDA, Artista Plástica con amplia trayectoria internacional. Creadora de una fundación de ayuda a niños y familias. Impulsada por el amor al ser humano como una característica de sus rasgos personales. Una labor social de más de 20 años en comunidades venezolanas. TRINA, Magister en Educación en Orientación. Se dedicó a la formación de adolescentes, jóvenes y adultos durante más de 25 años. Posteriormente incursiona en el Desarrollo Humano, quehacer que brinda beneficios a diversas instituciones y comunidades. Finalmente MIRNA, quien también recoge la sensibilidad de nuestra madre con el ser humano. Persona alegre y solidaria. Se destacó en su trabajo docente en las áreas de Biología y Química, así como en el apoyo social a comunidades.



Cuando alguien le preguntaba en su vejez, ¿Cómo está Sra. Carmen? Su repuesta automática era: “¡Maravillosamente Bien! No me duele nada, duermo bien, como de todo, mis hijos me atienden y me dan todo lo que necesito...". Entonces, redirigía la pregunta: "¿Cómo voy a estar que no sea maravillosamente bien?”.
 Carmen Teresa vio realizado sus sueños de viajar por Europa, y de ver a sus hijos dando aportes a la sociedad. Se regocijaba cuando leía noticias de sus hijos en grandes titulares de prensa, en “las páginas bonitas de los diarios”, y no en las llamadas “páginas rojas”.




 Partió a rendir cuentas al Padre Eterno el 23 de Julio del 2013, a la edad de 94 años. En santa paz, sin ninguna enfermedad. Ni un quejido, ni un lamento salió de la habitación de la casa de Trina, en Valencia, en donde su espíritu trascendió. Antes de viajar, como mujer previsiva que fue, jamás sorprendida por los imprevistos; preparó sus alforjas, colocó los ingredientes necesarios para hacerle Pastelitos y Hallacas a San Pedro, mientras que para Dios reservó los títulos, diplomas y las obras realizadas por sus hijos.


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Por su valentía ante la vida, amor por su familia, responsabilidad, afecto por la comunidad, y apoyo al prójimo y los más necesitados, Carmen Teresa Mirabal es un Personaje de mi Pueblo. 

*** Edición y Montaje, Lic. Wladimir José Hidalgo Benítez.

*** Agradecemos a nuestro paisano y amigo Rafael Luque Mirabal por hacernos llegar este artículo y fotografías. 

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Comentarios

  1. Una historia llena de emoción, refrescante e inspiradora de lucha. Carmen Teresa nacida para triunfar, entre el amor a sus hijos y al prójimo. Luchadora con tenacidad y mucho, pero mucho empeño por triunfar en la vida, contra marea y adversidades, con cariño y alegría. Verdaderamente me enamoró y siguiendo la narración, lloré de emoción...Definitivamente un ser especial, Dios debe tenerla a su diestra, con su dulzura y sus ricos pastelitos... ¡Bella María Teresa!

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  2. Hermosa historia motivadora de una venezolana guerrera , así somos nosotros los venezolanos.... gracias por compartir preciosa historia ejemplar

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